En la Casa de Retiros “El Cenáculo” de Pilar, Buenos Aires, culminó el viernes 9 de mayo de 2025 la 126.ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, presidida por Mons. Marcelo Colombo, arzobispo de Mendoza, acompañado por los miembros de la Comisión Ejecutiva, Mons. Daniel Fernández y Mons. Raúl Pizarro.
Durante cuatro intensas jornadas de trabajo, los obispos se congregaron en un ambiente de oración y fraternidad para rendir homenaje al Papa Francisco, recientemente fallecido, y reflexionar sobre su legado de cercanía, sencillez y compromiso con los más pobres. Tras compartir recuerdos y experiencias personales ante la imagen de la Virgen de Luján, los Pastores celebraron la Santa Misa en memoria del Pontífice, elevando plegarias por su descanso eterno y agradeciendo su entrega pastoral.
El segundo día, los obispos, organizados en grupos según sus años de ministerio episcopal, profundizaron en los desafíos pastorales a la luz del magisterio de Francisco y sus llamados a construir una Iglesia “sin puertas” y una “cultura del encuentro”. Asimismo, en reunión extraordinaria de la Comisión Permanente, se aprobaron las nuevas autoridades de la Comisión Nacional de Justicia y Paz: la Dra. Ayelén Tomasini como presidente y el Dr. Enrique del Percio como vicepresidente.
El jueves 8 de mayo fue el día de la esperanza: al finalizar la jornada, los obispos expresaron su “profunda alegría y gratitud” por la elección del Papa León XIV como Sucesor de Pedro. En un mensaje a todo el Pueblo de Dios en la Argentina, destacaron el generoso “sí” del nuevo Pontífice, se comprometieron a acompañarlo con oración y solicitaron la intercesión de Nuestra Señora de Luján para que lo fortalezca en su ministerio con sabiduría, misericordia y un renovado empeño por la paz.
Finalmente, el viernes, antes de concluir la Asamblea, se aprobó el balance anual de la Conferencia Episcopal y, en una celebración de vísperas y adoración eucarística, los obispos confiaron el pontificado de León XIV a la protección de la Virgen de Luján. Conmovidos por el espíritu de comunión vivido en estos días, Pastores, laicos y religiosas se despidieron renovados en el compromiso de seguir construyendo, en cada diócesis, una Iglesia acogedora y misionera.