La comunidad parroquial de Santa Teresita vivió el CENTENARIO DE LA CANONIZACIÓN DE SANTA TERESITA DEL NIÑO JESUS Y LA SANTA FAZ. Los festejos comenzaron con un triduo, que inició el 14 de mayo reflexionando sobre las virtudes de Teresita y profundizando especialmente en la oración, la confianza y la sonrisa. El lema central fue «Con amor y confianza peregrinos de esperanza».
La celebración central se llevó a cabo el 17 de mayo y comenzó con una procesión que salió de la Capilla de Luján. En la sede parroquial se vivió la celebración de la Eucaristía, presidida por nuestro obispo Mons. Daniel Fernández, acompañado por el párroco Fredy Cáceres y el presbítero Miguel Cáceres.
LA SANTIDAD DE SANTA TERESITA
La festividad fue un momento emotivo cargado de signos, por lo que representa Santa Teresita en el mundo. Su santidad no se basa en fenómenos extraordinarios sino que consiste en «hacer cosas muy ordinarias de una manera extraordinaria».
Es muy difícil darse cuenta de que la vida de Thérèse Martin fue completamente normal porque se convirtió en Santa Teresa del Niño Jesús de la Santa Faz, conocida en todo el mundo, con numerosos títulos (patrona universal de las misiones, patrona secundaria de Francia, Doctora de la Iglesia).
Olvidamos que pasó desapercibida para su familia, su entorno, su Carmelo, su padre espiritual, su Obispo. Cuando murió, de forma desconocida, apenas había treinta personas en su entierro en el cementerio de Lisieux. Y ya en su canonización en Roma, el 17 de mayo de 1925, hubo 500 mil.