EL 7 DE OCTUBRE LA DIÓCESIS DE JUJUY CELEBRÓ SU FIESTA PATRONAL EN HONOR DE LA VIRGEN DEL ROSARIO DE RIO BLANCO Y PAYPAYA
UNA VERDADERA MULTITUD DE FIELES PEREGRINÓ POR LA MAÑANA A RIO BLANCO, LOCALIDAD CERCANA A LA CAPITAL, DISTANTE UNOS 10 KM, EN DONDE ESTÁ EL SANTUARIO DE LA VIRGEN .
LA DEVOCIÓN A NTRA. SRA. DEL ROSARIO SE REMONTA A MEDIADOS DEL SIGLO XVII Y SE ATRIBUYE A DON PEDRO ORTIZ DE ZÁRATE, EL BEATO MÁRTIR JUJEÑO , QUIEN ATENDIÓ PASTORALMENTE A LOS PAYPAYAS, UNA TRIBU QUE RESIDÍA EN LA LOCALIDAD DE RIO BLANCO Y PALPALÁ .
POR LA MAÑANA MILES Y MILES DE FIELES DE TODA LA PROVINCIA SE LLEGARON AL SANTUARIO EN PEREGRINACIÓN PARA HONRAR A LA MADRE DE TODOS LOS JUJEÑOS.
EL OBISPO , A LAS 8,30 EN EL CAMPITO DE LA VIRGEN ,PRESIDIÓ LA MISA CONCELEBRADA POR EL CLERO JUJEÑO Y SACERDOTES QUE VISITAN LA DIÓCESIS.
AQUÍ LA HOMILÍA DEL OBISPO:
NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE RIO BLANCO Y PAYPAYA
7 de octubre de 2024.
Este año, en el marco de los 90 años de la creación de la Diócesis de Jujuy, nuevamente celebramos hoy – 7 de octubre – esta fiesta de nuestra Madre de Río Blanco y Paypaya, en el corazón de este mes de octubre durante el cual el pueblo jujeño manifiesta su profunda religiosidad y domingo tras domingo, se hace presente en su Santuario para rendirle su homenaje de filial devoción.
Sabemos que nuestra historia se halla marcada por este signo milagroso de la cercanía de María, intercediendo en favor de su pueblo, defendiéndolo de los ataques y conduciéndolo hacia la pacificación. Hace ya más de cuatro siglos que los jujeños caminamos sostenidos por su protección y animados por su amor maternal.
En Río Blanco, María se hace Madre de nuestro pueblo jujeño. Y desde aquí nos atrae a su Hijo Jesús. Porque en Jesús, su Hijo y nuestro hermano, nosotros encontramos el sentido de nuestra vida, la llamada a vivir como Hijos de Dios y hermanos de los demás hombres. En Jesucristo Salvador, la vida del hombre se abre a su destino trascendente. Nos sentimos nacidos por el Amor del Padre y llamados a vivir para siempre con Él.
La Iglesia nos enseña que en el proyecto de Dios… “el hombre eternamente ideado y eternamente elegido en Jesucristo, debía realizarse como imagen creada de Dios, reflejando el misterio divino de comunión en sí mismo y en la convivencia con sus hermanos, a través de una acción transformadora sobre el mundo. Sobre la tierra debía tener, así, el hogar de su felicidad, no un campo de batalla donde reinasen la violencia, el odio, la explotación y la servidumbre” (DP 184).
Como en tantos otros momentos de la historia, muchos son los males que aquejan hoy a nuestra humanidad.
Principalmente acogemos hoy el llamado del Papa Francisco a implorar en este 7 de octubre el don de la paz:
En medio de las crecientes tensiones en el polvorín de Oriente Medio, en medio de las bombas y misiles que siguen cayendo sobre la «martirizada» Ucrania, en medio de los muchos pequeños y grandes conflictos que laceran y matan de hambre a los pueblos africanos, mientras, en definitiva, «los vientos de la guerra y los fuegos de la violencia siguen asolando pueblos y naciones enteras», el Papa llama a las «armas» -las de la Iglesia, del ayuno y la oración- a los millones de creyentes del mundo para implorar a Dios el don de la paz en un mundo hoy al borde del abismo…
Y en una geografía más cercana, nosotros también experimentamos amargamente en nuestra vida, la fuerza destructora del pecado y del mal que quieren hacer inviable nuestra existencia. Nos preocupan las angustias de todos nuestros hermanos, cualquiera sea su condición social: su soledad, sus problemas familiares y sociales, la falta de trabajo, la pobreza y la indigencia que alcanza a más de la mitad de nuestro pueblo. Estremece saber – y comprobar – que 7 de cada 10 niños son pobres en la Argentina.
Como decía la Oración por la Patria, allá en el 2001, hoy también los argentinos “nos sentimos heridos y agobiados” …
Sin embargo, a los pies de María, nuestra Madre, experimentamos hoy y siempre consuelo en nuestras penas y fortaleza para no bajar los brazos y seguir luchando por un mañana mejor.
Es conmovedor sentir tantas veces como lo sentimos hoy que – a pesar de todo lo que nos pasa y nos duele – el alma de nuestro pueblo sigue desbordando de fe, esperanza y amor. ….
Hoy, al invocarla como Madre y Patrona de nuestro pueblo, queremos pedirle por nuestras familias, por las familias de todos los jujeños y por nuestra Provincia y nuestra patria, que deben ser una gran familia.
Como Padre y Pastor de esta Iglesia Jujeña, quisiera hoy en su fiesta, poner en el corazón de nuestra Madre los enormes desafíos, sufrimientos y la vida de cada uno de nuestros hogares.
Por eso, Madre nuestra, Madre del Rosario de Río Blanco y Paypaya, mamita del pueblo jujeño:
Venimos a tus pies… para pedirte que no haya violencia en nuestras familias. Que podamos valorar la vida y cuidarla como “un regalo de Dios”. Y que en familia nos cuidemos unos a otros.
Que valoremos y cuidemos a nuestros abuelos porque en ellos está la sabiduría. Porque a ellos le debemos todo lo que somos. Que sepamos escucharlos, quererlos, cuidarlos, tenerles paciencia y darles un lugar de honor en nuestras familias y en nuestra sociedad.
Nos postramos a tus pies para pedirte el trabajo para tantos hombres y mujeres que no lo encuentran y que necesitan llevar el pan a la mesa familiar y dar educación a sus hijos.
Abre, Madre el corazón de quienes pueden dar trabajo a otros. Que quienes tengan riquezas las entreguen no a la especulación sino al trabajo productivo.
Decía el Papa Francisco algunos años atrás: “Yo me entristezco cuando veo que no hay trabajo, que hay gente sin trabajo, que no encuentra trabajo y que no tiene la dignidad de llevar el pan a casa; y me alegro tanto cuando veo que los gobernantes ponen tanto esfuerzo, trabajo, para encontrar puestos de trabajo, para buscar que todos tengan un trabajo. El trabajo es sagrado, el trabajo da dignidad a una familia y debemos rezar para que no falte el trabajo a ninguna familia”.-
Nos postramos ante ti, Madre nuestra para suplicarte que nos ayudes a luchar contra las adicciones que hacen tanto mal a nuestros niños, adolescentes y jóvenes.
El descontrol en el alcohol, el consumo de la droga nos está matando. Nos roba el futuro cuando somete a nuestros jóvenes, los degrada, los esclaviza, los empuja a la delincuencia.
Ayúdanos, Madre a que todos como sociedad digamos un vibrante NO a este flagelo y nos convirtamos todos en cuidadores de los demás. Y que el Estado nos muestre cada día más que pone todo su empeño en perseguir, detener y castigar el narcotráfico en los grandes empresarios de la muerte y en sus cómplices que se infiltran en todos los estamentos que puedan penetrar, para corromper y buscar complicidad.
Mira, Madre a este pueblo tuyo. Mira a tus hijos jujeños que necesitan ser familia. Ayúdanos a no mezquinar nuestra entrega de cada día en pos de un futuro mejor. Ayúdanos a trabajar juntos, más allá de las diferencias políticas o ideológicas por el bien de nuestros hijos y nietos y por la promoción humana de quienes necesitan más educación, más trabajo, más dignidad.
Ayúdanos a ser solidarios con los más vulnerables de nuestra sociedad; con los pobres y humildes; con los pueblos originarios que no siempre han encontrado espacios y apoyo para expresar la riqueza de su cultura y la sabiduría de su identidad. Ayúdanos a cuidar a nuestros niños y jóvenes que son la esperanza y la riqueza de nuestra patria. Ayúdanos a velar por los ancianos y enfermos.
Ponemos en tu corazón el camino sinodal de la Iglesia, especialmente en este octubre, en que, en Roma se celebra la segunda sesión ordinaria del Sínodo sobre la sinodalidad.
Regalanos la gracia en estos 90 años de esta Iglesia tuya de Jujuy, que no nos falten las vocaciones a la vida sacerdotal, a la vida consagrada, a la vida misionera.
Fortalécenos a todos en nuestra fe. Sostén nuestra esperanza y anima nuestro amor fraterno. Amén.
POR LA TARDE UNA MULTITUD SE CONGREGÓ EN LA CATEDRAL PARA LA PROCESIÓN Y LA MISA.
FUE UNA JORNADA EN DONDE SE EXPRESÓ CLARAMENTE LA FE DEL PUEBLO JUJEÑO.