El pasado sábado 6 de septiembre se llevó adelante en el Salón Auditorium del Colegio FASTA – Río Blanco la 3ra edición del Taller Familia 3.0, bajo el lema “Donde hay amor, hay vida”. La jornada, organizada por la Pastoral Familia y Vida del Obispado de Jujuy, resultó un espacio fructífero de encuentro, reflexión y crecimiento espiritual para los jóvenes que se congregaron con entusiasmo desde distintos puntos de la provincia.
La apertura estuvo a cargo de Mariana García, integrante del Equipo Pastoral, quien presentó un panorama de la situación actual de la natalidad en el contexto nacional y mundial. Su exposición permitió abrir una reflexión sobre los desafíos culturales y sociales que atraviesa hoy la defensa de la vida.
Posteriormente, el Padre Germán Maccagno brindó una valiosa enseñanza acerca del valor de la vida en el matrimonio y la familia, destacando la dignidad de toda persona y la importancia de redescubrir la vocación de la familia como santuario de la vida. Sus palabras invitaron a los presentes a mirar con esperanza el futuro, desde la fe y el compromiso cristiano.
El momento más conmovedor de la jornada fue el taller vivencial conducido por Alicia Viñas y Amelia Quinteros, que incluyó dinámicas motivadoras centradas en el amor de donación y en la Teología del Cuerpo. A través de juegos, testimonios y momentos de interioridad, los jóvenes descubrieron que el amor humano encuentra su plenitud cuando se refleja en el amor eterno de la Santísima Trinidad.
El amor es donación
Siguiendo la línea de la Teología del Cuerpo de San Juan Pablo II, se recordó que el amor trinitario es comunión perfecta de personas: el Padre que se dona totalmente al Hijo, el Hijo que responde con entrega absoluta, y el Espíritu Santo como fruto de ese amor. En este misterio, los jóvenes fueron invitados a comprender que el amor humano —particularmente en la familia y en las relaciones auténticas— es un reflejo de ese dinamismo trinitario: amar es donarse y recibir al otro en plenitud.
El encuentro concluyó con una invitación a los participantes a llevar esta experiencia a sus comunidades, renovando el compromiso de anunciar con alegría que “donde hay amor, hay vida”.